Subtítulo: La era de la virgocracia
Formato: LIBROS
Editorial: Ciccus
Encuadernación: Tapa Blanda
Idioma: Español
ISBN: 9789876933766
N° Páginas: 240
Dimensiones: 21 x 15 cm
Fecha Publicación: 07/2025
Sinópsis
En diciembre de 2023, el tren fantasma descarriló en la puerta de la Casa Rosada. Una de las vertientes más exóticas del razonamiento gorila se ha institucionalizado nada más y nada menos que por el sufragio popular. Esto supone un estado de delirio generalizado para algunos y el producto de un arrebato de enojo para otros. Sus adherentes ¿son una manga de virgos¿, escuchamos con frecuencia. Nadie quiere tomarlos en serio. Pero el régimen va a tomarse muy en serio no solo a sí mismo, sino a sus estigmas. El virgo no es solo ese pibito que insulta por redes y sale corriendo en la calle. Aquí la cosa consiste en ir contra toda experiencia (práctica y teórica), concreta o razonable. En ese sentido, el virgo será el ethos político de lo que (¡vaya paradoja!) se autopercibe como una nueva era: la virgocracia. La anti-experiencia será el modelo imperante; universalizarla será la cuestión de un Estado que, lejos de quitarnos la bota de la espalda, nos saltará encima. El sueño húmedo de la virgocracia se trata de establecer la Malísima Trinidad: des-conocer en nombre de la ¿libertad¿, des-comer en nombre de la ¿propiedad¿ y mal-vivir en nombre de la ¿vida¿. Su finalidad es refundar una Patria socialmente injusta, económicamente dependiente y políticamente heterónoma. Si nos parecía que los medios de comunicación desinformaban, las redes antisociales hacen gala de negarse al conocimiento. Si del macrismo se decía que era un gobierno ¿de ricos para ricos¿, el régimen nos plantea un gobierno de todos-para-los-ricos. Si la democracia nos resultaba insuficiente, la virgocracia nos mostrará que siempre se puede vivir peor. De este tridente emergerán multitudes de virgueadas, afirmaciones alejadas de la sensatez que se presentan como axiomas, las cuales desmenuzamos en este libro para luego revisar sus propias bases: las del ¿liberalismo real¿. Al finalizar, proponemos un punto de partida para la superación de la libertaria uberización del individuo, que lo precariza cuando afi rma que lo libera.