John Gibler
3 cuotas de $6.666,67 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
1 cuota de $20.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
2 cuotas de $10.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
4 cuotas de $5.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
3 cuotas de $6.666,67 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
1 cuota de $20.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
1 cuota de $20.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
2 cuotas de $11.834,00 | Total $23.668,00 | |
3 cuotas de $8.086,00 | Total $24.258,00 |
3 cuotas de $8.522,00 | Total $25.566,00 |
3 cuotas de $8.610,67 | Total $25.832,00 |
1 cuota de $20.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
1 cuota de $20.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $20.000,00 |
Sinópsis
Había una vez un pequeño país en Centroamérica, densamente poblado y asediado por huracanes, terremotos y volcanes, al que llamaban ¿el Pulgarcito de América¿. Conoció dictaduras sangrientas y masacres, épocas de revolución y ¿paces¿ neoliberales fallidas, incluso una fugaz experiencia progresista. Hoy, bajo el gobierno de Nayib Bukele ¿el autoproclamado ¿dictador más cool del mundo¿¿, El Salvador se ha convertido en un laboratorio global de autoritarismo, como la Argentina de Milei o los Estados Unidos de Trump. # El Salvador de Bukele explora este fenómeno desde tres ángulos complementarios: la crónica periodística, el registro fotográfico y el análisis histórico-político. Tres miradas singulares para cartografiar este experimento autoritario del siglo XXI. Se destacan los testimonios de jóvenes detenidos y encarcelados arbitrariamente que narran los abusos y las torturas a las que fueron sometidos. Con sus megacárceles y su obsesión por el control social total, el modelo Bukele trasciende la mera excentricidad local para proyectarse como la avanzada de un nuevo régimen de disciplinamiento masivo, exportable a cualquier sociedad. ¿Hasta qué punto puede una población normalizar la represión sistemática, la crueldad institucionalizada y el usufructo abierto de la violencia de un Estado policial que ha eliminado hasta la ficción de las mediaciones democráticas?